El consumo de alimentos antivirales, o considerados antivirales, forma parte de nuestra tradición. Ante un resfriado, nuestras madres nos instaban a tomar zumo de naranja por ser rico en vitamina C, y seguro que los más mayores recuerdan las propiedades del ajo como antiviral o consumir aceite de hígado de bacalao. Ahora es el jengibre al que se atribuye gran poder curativo, sobre todo en las infusiones.
Pero, ¿hay alguna base científica que avale el consumo de estos alimentos para prevenir o tratar posibles infecciones? La pregunta adquiere relevancia en el contexto de pandemia por el covid-19 que estamos viviendo, así que tratamos de arrojar luz sobre el asunto.
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Alimentos antivirales frente al covid-19
No hay alimentos contra el virus que actúen como si de una vacuna se tratase, eso debe quedar claro. Pero la presencia en nuestro organismo de ciertas vitaminas y minerales refuerzan el sistema inmune, porque favorecen la proliferación de glóbulos blancos y su buen desempeño frente a un virus o bacteria.
Nos sirven como referencia las recomendaciones de alimentación y nutrición para la población española ante la crisis sanitaria del covid-19, un documento que fija la postura de la Academia Española de Nutrición y Dietética y del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas.
1. Agua, mucha agua
El mencionado documento recuerda que el agua es uno de los pilares básicos de la alimentación saludable en toda la población sea cual sea su estado de salud, pero más aún si tienen que lidiar con sintomatología leve.
Lo ideal es llegar a 1,8 litros al día, y cuentan también caldos e infusiones. Quedan excluidos, sin embargo, los zumos de frutas o la leche. Además, en España se puede beber agua del grifo sin problemas, no hay recomendación específica de que tenga que ser embotellada.
2. Frutas y hortalizas, las famosas cinco raciones
Consumir al menos tres raciones de frutas y dos de hortalizas al día es una recomendación general, también para los afectados por covid-19. En su caso, si tienen molestias en la garganta o falta de apetito tendrán que preparar recetas que faciliten su deglución, como cremas o purés. Cualquier tipo de verduras u hortalizas será bienvenido por los nutrientes que aportan, aunque es mejor consumirlas fresca, de temporada y de proximidad.
Mención especial merece el ajo. Se ha hablado mucho del ajo ante virus porque tiene alicina, entre otros compuestos, que se considera apropiada en el tratamiento de enfermedades respiratorias.
3. Los lácteos fermentados como aliados
El consumo de lácteos se recomienda especialmente en sectores poblaciones con un alto índice de sedentarismo, pues favorece la salud ósea. La necesidad de quedarnos en casa o el cierre intermitente de los gimnasios se ha unido a trabajos cada vez más sedentarios de largas horas de oficina.
En Palancares tienes opciones tan sabrosas y saludables como el queso curado de cabra con bífidus y rico en calcio o el queso de Burgos, entre otros muchos.
4. Productos integrales y legumbres
Los cereales y derivados de legumbres son la base de una alimentación saludable. Se recomienda los de grano entero, como el pan, la pasta y el arroz integral. Los guisos de legumbres suponen además una gran oportunidad para incorporar verduras y cubrir las raciones recomendadas.
Por supuesto, quedan excluidos los cereales con azúcares, la bollería y la pastelería. Se pueden dejar para el consumo ocasional.
5. La miel
Puedes incluirla en tus infusiones, por ejemplo, pero siempre con moderación. Ejerce una acción hidratante y suavizante que mejora la ventilación pulmonar y combate la sequedad.
Los alimentos con propóleo fortalecen el sistema inmunológico, pues tienen una estructura antiséptica. El propóleo es una mezcla resinosa elaborada por las abejas a partir de productos vegetales. Se puede comprar en bote y consumir directamente en una cucharadita de postre al día, o bien incorporarla al agua, las infusiones o la leche.
En definitiva, más que consumir alimentos antivirales, lo que se recomienda es una dieta sana y equilibrada basada en productos de calidad y que aporten los nutrientes necesarios para hacer frente a cualquier amenaza. Come bien, descansa, haz ejercicio y cuídate. Esa es la mejor ecuación para la prevención.