A veces lo más sencillo resulta lo más exquisito y apetecible, como una tabla de quesos, un plato muy versátil que sirve tanto para una cena romántica y sorprender a tu pareja como para quedar fenomenal como anfitrión en una reunión de amigos improvisada.
Triunfar con el queso es muy fácil, pero para hacerlo hay que saber bien cómo preparar una tabla de quesos adecuadamente cuidando cada detalle, porque es justamente ahí, en los pequeños gestos, donde reside el éxito.
Tabla de Contenidos
Selección de quesos
En lo primero que hay que pensar para la presentación de una tabla de quesos es en la materia prima. Dicen que en la variedad está el gusto y si es de quesos de lo que hablamos, ocurre exactamente igual.
Por eso en una tabla de quesos resulta fundamental ofrecer quesos distintos para que cada bocado resulte una experiencia única.
En la costumbre francesa, la tabla de quesos consta de 6 a 8 variedades distintas, pero con 5 o 6 quesos diferentes es más que suficiente para tener un surtido variado y representativo.
Algunas variedades con las que acertaremos seguro son:
- Un queso azul, un queso de pasta blanda que encanta a los amantes del queso más potente en aroma. Puede ser un roquefort, un cabrales de la tierra o un stilton inglés.
- Un queso tierno y suave, como esta cuña precortada tierna mezcla de 200g.
- Uno de pasta blanda con una textura cremosa y característica como un camembert, un queso brie o una reconocida y con D. O. P. Torta del Casar.
- Un queso de pasta dura, como el queso curado de oveja con un sabor intenso y bien definido o un queso de cabra tan especial como el queso de Murcia al vino, con Denominación de Origen Protegida, un queso madurado y con un ligero sabor picante.
Corte, preparación y presentación de los quesos
Una vez tenemos nuestra selección de quesos definida, es momento de decidir cómo presentar una tabla de quesos.
No existe un tipo de corte predefinido, pero sí es cierto que se prefiere una manera concreta según la textura y el tipo de queso. Por ejemplo, los quesos curados se suelen cortar en cuñas porque son más firmes, pero los quesos azules, que son más quebradizos se cortan normalmente en tacos o cubos.
Los de pasta blanda, mejor en medallones, y si son excesivamente cremosos, como la torta del casar, lo más cómodo es dejar un cuchillo para que cada persona se sirva la cantidad que quiera sobre una tostada, usando un cuchillo especial para quesos adaptado a su textura y forma.
Si queremos darle un aire artesanal podemos servirlos sobre una tabla de madera, o también sobre una pizarra negra, que aporta sofisticación.
Acompañamientos y maridajes de quesos
El último paso sobre cómo hacer una tabla de quesos está en su acompañamiento.
Lo habitual es colocar en la misma tabla o en varios recipientes aparte picos, minitostadas, frutos secos e incluso fruta fresca, como manzana o uva.
El queso es un alimento muy fácil de combinar, por lo que admite muchísimas opciones con las que jugar según la imaginación de cada uno.
Y en cuanto a la bebida, es bien sabido que el vino es uno de sus grandes compañeros; tintos, blancos o dulces funcionan a las mil maravillas siguiendo estas recomendaciones:
- Un vino dulce para los quesos azules.
- Un vino blanco crianza o una copa de cava para los de pasta blanda.
- Un vino tinto para los manchegos.
Pero ojo, las cervezas también están haciéndose un hueco muy interesante en el maridaje con queso, por lo que es una bebida que tampoco debemos descartar.
Como ves, la tabla de quesos perfecta es la que contiene variedades sabrosas, con diferentes texturas y que haga que todos los comensales queden encantados y satisfechos con esta propuesta tan placentera para los sentidos, haciéndoles viajar con el paladar. ¿Por qué quesos te vas a decantar?
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