El queso fresco es un alimento muy apreciado por aquellas personas que quieren seguir una dieta sana y equilibrada. Por su forma de elaboración y su composición nutricional, nos encontramos ante un queso menos graso y calórico que los de otras variedades. Además, es un producto muy versátil, que podemos utilizar en diversas elaboraciones como ensaladas, macedonias o postres.
Tabla de Contenidos
Qué es el queso fresco
Se trata de un derivado lácteo, que a diferencia de otros quesos, no se somete a un proceso de curación. Por tanto, nos encontramos ante un queso de color blanco, de textura blanda y muy jugoso, ya que mantiene gran parte del suero.
Se elabora a partir de leche de vaca, oveja o cabra, y podemos encontrar, además, quesos frescos con distintos puntos de sal, queso fresco sin sal, queso fresco burgos desnatado , queso fresco desnatado sin lactosa o con alto contenido en proteínas.
Su sabor es suave y combina con muchos alimentos, como las frutas, las verduras y la carne de membrillo o las compotas.
El queso fresco se elabora con leche pasteurizada a la que se añade cuajo. Por sus características, este queso no pasa por las cámaras de maduración y está listo en pocas horas. Por eso, es un queso que una vez abierto, debemos consumir en poco tiempo y siempre respetando su fecha de caducidad.
El queso de Burgos es el queso fresco más popular en España, pero existen otras variedades que también se consideran queso fresco, como el cottage, el feta, la mozzarella o el queso quark.
Composición nutricional del queso fresco
Analicemos los nutrientes que aporta el queso blanco a nuestro organismo:
Si nos fijamos en cuánta grasa tiene el queso fresco, sus valores suelen estar, para 100 gramos de producto, entre los 15 gramos del queso fresco normal a los 1,6 gramos de los desnatados. Los quesos frescos 0 % materia grasa no pasan del 0,2 por ciento en su composición.
Las proteínas del queso fresco tienen un alto valor biológico y conforman el 15 % de su composición.
En cuanto a otros nutrientes esenciales, el queso fresco es una buena fuente de calcio, vitamina A, D y vitaminas del grupo B. También destaca su contenido en magnesio, fósforo y potasio.
Beneficios de comer queso fresco
Apto para todas las dietas
La gran ventaja del queso fresco es que es apto para todo el mundo. Su bajo contenido en grasas y el gran aporte de nutrientes que ofrece, lo hace perfecto para todo tipo de dietas, incluidas las dietas bajas en calorías. Es por tanto un producto esencial para las personas que quieren bajar de peso y mantener una dieta variada en la que los productos lácteos tengan su importancia.
Más ligero
Es adecuado también para aquellas personas a las que la leche no les sienta bien. Además, los nutrientes del queso blanco se asimilan mejor que si consumimos leche.
Si sufres intolerancia a la lactosa, no te preocupes, existen quesos frescos sin lactosa como este queso de Burgos que puedes encontrar en nuestra tienda online. Las personas con alergia a la proteína de la leche no deben consumirlo.
Rico en proteínas
Las proteínas que aporta el queso fresco son adecuadas para todo tipo de personas. Pero hay grupos en los que el aporte proteico es aún más importante, como los niños, las embarazadas y las personas mayores. Existen quesos frescos con una mayor concentración de proteínas que los normales. Estos quesos son ideales para deportistas y para evitar la desnutrición en nuestros mayores que suelen presentar déficit de proteínas.
Cuida nuestros huesos
La biodisponibilidad del calcio del queso fresco es muy alta. Esto quiere decir que el organismo lo asimila y aprovecha muy bien. El calcio es esencial para huesos y dientes. También es muy adecuado para las mujeres embarazadas y para evitar la descalcificación de los huesos en la etapa de la menopausia.
Como ves, el queso fresco es un alimento de calidad, saludable y nutritivo que podemos tomar de formas muy diversas para conseguir una dieta variada, estimulante y sana.